LA SEGURIDAD HUMANA

INTRODUCCION
La expresión de la seguridad humana fue utilizada por primera vez el 1994 en el Informe sobre Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Este informe afirmaba que las nuevas dimensiones de la seguridad debían incluir la libertad ante el temor y la libertad ante la necesidad. La primera, más conocida por la formulación inglesa de freedom from fear, corresponde a una visión restringida de la seguridad humana, es decir, la eliminación del uso de la fuerza y ​​de la violencia de la vida diaria de las personas. La segunda, freedom from want, hace referencia al establecimiento de las condiciones de vida necesarias en términos económicos, alimentarios, sociales, ambientales y de salud. Cada una de las dos escuelas ha ido desarrollando proyectos de investigación propios, liderados por Canadá en el primer caso y por Japón en el segundo. (Kaldor, M. 2013)
En un momento en que la política de bloques llegaba a su fin con la desaparición de la antigua Unión Soviética, los debates sobre seguridad internacional percibieron la necesidad de ampliar y profundizar el concepto de seguridad más allá de la salvaguardia de la soberanía estatal. En el trasfondo de estos debates había un interés creciente en incluir fenómenos progresivamente transnacionales, globalizados y en el que la diferenciación entre asuntos domésticos e internacionales se difuminaba.
Además, había plasmar en nuevos conceptos las nuevas formas de inseguridad que progresivamente dejaban atrás la exclusiva naturaleza militar de las amenazas internacionales. En un informe llamado "Un mundo más seguro: la responsabilidad que compartimos" el Grupo de Alto Nivel del Secretario General de las Naciones Unidas sobre las Amenazas, los Desafíos y los Cambios incluyó la violencia dentro del Estado (guerras civiles, abusos de derechos humanos y genocidio); la pobreza, las enfermedades infecciosas y la degradación del medio ambiente; las armas nucleares, radiológicas, químicas y biológicas; el terrorismo; y la delincuencia transnacional. Organizada como nuevas amenazas más allá de las guerras entre estados. (Barnett, J., & Adger, W. N. 2007).
Paralelamente, aparecieron nuevos esfuerzos teóricos para describir la transformación de la naturaleza de los conflictos armados, como los estudios de Mary Kaldor sobre las "nuevas guerras”, en el que se destaca la privatización de la violencia y los efectos devastadores sobre la población civil. Los debates sobre seguridad internacional fueron dejando atrás su marcado carácter político y militar para centrarse en una convergencia de las agendas de paz, seguridad, desarrollo y derechos humanos. La seguridad humana convertirse pues en una narrativa que permitía aglutinar preocupaciones diversas y agendas complementarias de una seguridad internacional cambiante.

CRITICAS A LA NARRATIVA DE LA SEGURIDAD HUMANA

Poco después de su inclusión en el informe de 1994 del PNUD, la nueva narrativa de la seguridad humana comenzó a recibir fuertes críticas. En primer lugar, autores como Keith Krause argumentaron el concepto incluía elementos tan diversos que su puesta en práctica se convertía imposible. La "Lista de la compra", como él llamó la seguridad humana, era de poca utilidad. Varias concepciones de la seguridad humana (libertad frente al temor y libertad ante la necesidad) impedían una agenda política clara para pasar de los debates académicos en la operacionalización de la seguridad humana. En segundo lugar, autores como Barry Buzan creían que la concepción de los derechos humanos ya incluía muchos de los aspectos recogidos en los debates sobre seguridad humana. Esto no sólo significaba que el nuevo concepto no era de gran utilidad académica sino que podía ser utilizado como una excusa para no avanzar en la protección de los derechos humanos y generar una agenda destinada a la protección del individuo. Lomborg, B. (2004). 
En tercer lugar, y en relación con la crítica de Buzan, la intervención en nombre de la seguridad humana podría dar lugar a abusos e injerencias desproporcionadas en nombre de la seguridad. Por ejemplo, aunque no haciendo referencia al concepto de la seguridad humana, la protección de la población civil y del peligro que representaban las armas de destrucción masiva fueron argumentos utilizados para justificar la intervención de Estados Unidos en Irak en 2003. El concepto de seguridad (humana o no) podría pues dar lugar a acciones arbitrarias que se alejan de la protección de los derechos humanos y de la intervención humanitaria, algo que ya recoge la noción de "responsabilidad de proteger".
            Finalmente, adoptar la seguridad humana como nueva narrativa en el ámbito de la seguridad internacional significaría pasar por alto el hecho de que muchas regiones del mundo siguen inmersas en escenarios de inseguridad que tienen más que ver con la rivalidad entre estados que en nuevas concepciones sobre la seguridad internacional. Casos como el norte de África - donde Marruecos y Argelia siguen disputándose el liderazgo regional con consecuencias nefastas sobre el Sahara Occidental -, Oriente Medio - donde el conflicto entre Israel y Palestina impide avanzar en una agenda compartida en el marco de la Unión por el Mediterráneo - o los continuados enfrentamientos entre Corea del Norte y Corea del Sur, nos recuerdan la dificultad para adoptar nuevas concepciones de la seguridad centradas en el individuo.
Así,  según Waever, O. (2007), la seguridad humana puede considerarse una narrativa útil que permite compaginar las agendas de paz, desarrollo o derechos humanos, pero difícil de operacionalizar en un programa político concreto. Es pues preferible referirse a la seguridad humana como una nueva narrativa y no un concepto, ya que esto requeriría el establecimiento de programas políticos concretos para su normalización.
Uno de los esfuerzos llevados a cabo para poner en práctica los preceptos principales de la narrativa de la seguridad humana ha sido el proyecto liderado por el centro de Gobernanza Global de la London School of Economics. Sobre la base de la estrategia de seguridad de la Unión Europea redactada en 2003 por el Alto Representante de la Unión para la Política Exterior de Seguridad Común, Javier Solana, el informe "Una Doctrina de Seguridad Humana para Europa"  establece un marco de actuación para la aplicación de la estrategia de seguridad europea, todo explicitando los mecanismos para que la política exterior de la UE se adapte a esta visión de la seguridad. (Wise, T. A., & Murphy, S. 2012). 
La estrategia europea de seguridad hace referencia a la necesidad de construir un orden internacional basado en el multilateralismo, que haga frente a las nuevas y tradicionales amenazas a la seguridad internacional en toda su complejidad y que promueva la buena gobernabilidad entre los vecinos de la UE. El documento también afirma que  ninguna de las nuevas amenazas puede ser abordada únicamente a través de medios militares" y entiende que no es posible separar la inseguridad que afecta los individuos de la naturaleza de las nuevas amenazas. Entre éstas, la estrategia Solana reconoce el terrorismo, la proliferación de armas de destrucción masiva, los conflictos regionales, la descomposición del estado y la delincuencia transnacional organizada.

La actualización de la estrategia, publicada en 2008, añade amenazas como la ciber - seguridad, la seguridad energética y el cambio climático, al tiempo que enfatiza la relación entre seguridad y desarrollo, los efectos de la piratería sobre la seguridad internacional y la necesidad de combatir las armas pequeñas y ligeras, las minas terrestres y la munición de racismo. La estrategia de seguridad europea y su actualización se sitúan pues en la línea de los principales preceptos de la seguridad humana. Tal y como afirma el documento de 2008, la UE ha actuado en la construcción de la seguridad humana mediante la reducción de la pobreza y las desigualdades, la promoción del buen gobierno, la ayuda al desarrollo y abordando las causas profundas de los conflictos y la inseguridad.

Referencias