Estres


En varias investigaciones, (Cox, Griffiths & Rial-Gonzalez, 2000; Kompier, et al,  2002; Paoli & Merllie, 2001), se ha demostrado la relación entre factores de riesgo psicosocial con indicadores de salud, estrés y satisfacción laboral.

Según Cornejo y Quiñones (2007),  el estrés es considerado como una respuesta adaptativa del ser humano, que consiste en una reacción del organismo, de carácter involuntaria, que se genera cuando un individuo detecta alguna situación vital amenazante. En estas situaciones el sistema nervioso se activa y se generan cambios fisiológicos los cuales desencadenan procesos cognitivos  y afectivos que inciden perjudicialmente en el individuo dado que el estrés es considerado como un factor desencadenante de enfermedades cardiovasculares, trastornos psicológicos y  accidentes laborales, entre otros.

El estrés laboral es visto como aquellas respuestas nocivas del empleado, que son de tipo físico o emocional. Estas respuestas se derivan de situaciones laborales  como que las capacidades o recursos del individuo no son suficientes para responder exitosamente a  los requerimientos de la tarea que se le ha asignado o que sus necesidades no corresponden a lo que su puesto de trabajo le ofrece, (Sardiña, 2004).

Según Gutiérrez, (1999), el uso común que se le da al termino estrés es ambiguo y conlleva a patologizar el estrés. Por esto, el autor hace énfasis en la diferenciación entre dos tipos de estrés y habla entonces de eutrés y distrés. Describe el eutrés como una adecuada excitación que le permite al individuo diseñar estrategias en situaciones potencialmente adversas, lo que se constituye en una conducta adaptativa. Por otra parte, define el distrés como las respuestas desadaptativas del individuo ante situaciones que percibe como adversas, las cuales son potencialmente desencadenantes de otras patologías como las afecciones cardiovasculares.

Se han hecho investigaciones exhaustivas para determinar la relación entre estrés y trabajo y se destacan la relación directa entre las características individuales del trabajador y las condiciones del puesto de trabajo, (Lazarys y Folkman, 1986).

Según Sardiña, (2004), las consecuencias del estrés pueden ser de tipo físico o psicológico. Las primeras pueden conllevar a padecer úlcera péptica, dispepsia funcional, intestino irritable, colitis ulcerosas, aerofagia, digestiones lentas, hipertensión arterial, enfermedades coronarias, anorexia, hipoglucemia, descompensación de la diabetes, trastornos tiroideos (hipertiroidismo, hipotiroidismo), cefaleas, dolor crónico, trastornos inmunológicos (gripe, herpes, etc.), artritis reumatoide.

En cuanto a las segundas, el estrés afecta a la persona y a su entorno. Esto se manifiesta con la disminución drástica de creatividad, de la autoestima y del desarrollo personal. Los empleados comienzan a presentar una preocupación excesiva por su permanencia en la organización y su familia, incapacidad para tomar decisiones, falta de atención y de control, además desorientación con carencia de objetivos y motivación hacia la actividad laboral, mal humor, y sobre todo una mayor probabilidad de sufrir accidentes de trabajo por la falta de atención y desinterés.

Sardiña (2004), añade que si el estrés se extiende en el tiempo puede conllevar a trastornos de ansiedad, dificultad para dormir, trastornos afectivos en todas las esferas del individuo, y hasta depresión.

Según esto, es evidente que el sujeto que padece estrés experimenta un deterioro significativo de su calidad de vía y relaciones interpersonales, (Ponce, 2002).

            Peiró, (2004), describe también algunas consecuencias a nivel laboral. Según esta descripción el estrés no solo perjudica al individuo, sino  a toda la organización. “Puede producir un deterioro en el ámbito laboral, influyendo negativamente tanto en las relaciones interpersonales como en el rendimiento y la productividad. Pueden inducir a la enfermedad, al absentismo laboral, al aumento de la accidentabilidad o incluso a la incapacidad laboral, lo que genera para la empresa problemas considerables de planificación, de logística y de personal. De manera que es evidente el enorme coste humano y económico que el estrés genera en el mundo laboral.”

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