Desde
finales del siglo pasado, hablar de riesgos psicosociales, de manera
particular, se ha vuelto cada vez más
común y se ha empezado a comprender el impacto que tienen, no solo sobre las
organizaciones, sino sobre la salud y la integridad de los trabajadores (Pando,
2006).
Los
factores de riesgo psicosocial entendidos como la interacción de los aspectos
característicos del trabajo y los aspectos propios del individuo en función de
este, la cual, en un momento dado, puede convertirse en nociva dadas las
percepciones e interpretaciones del individuo sobre dicha interacción, (OIT,
1984).
Según Artazcos, (2002), estos riesgos
enmarcan aspectos que se derivan de la interacción de los aspectos propios de
la persona, con aspectos particulares del tipo de organización en la que
labora, como las modalidades de gestión administrativa y otros aspectos
inherentes al tipo de proceso productivo.
Según
Leitner & Resch, (2005), las características de cada trabajo, afectan el
estado de salud de las personas. La jornada laboral, el sueldo, los horarios,
el medio, las relaciones interpersonales, las posibilidades de desarrollo personal
y laboral, el ritmo que se lleva en la realización del trabajo, los plazos, las
exigencias, las presiones por parte del medio y de los superiores durante la
ejecución de las tareas, los horarios que regulan la actividad, aspectos
relacionados con el tiempo como la atención, la distracción, etc., son factores
de riesgo que influyen sobre el rendimiento, la gestión, la organización y el
individuo, dado que son condiciones que pueden deterioran su calidad de vida,
(Cladellas, 2008).
Sin
embargo, no son solo dichas condiciones del trabajo las que se configuran como
potencialmente amenazantes para el individuo sino que entran en juego algunas
de sus características particulares como
sus repertorios conductuales y sus estrategas de afrontamiento; de manera que
la calidad de vida del trabajador depende, en gran medida, de cómo este percibe
las condiciones subjetivas y objetivas que supone su actuación dentro de
determinada organización, y como estas percepciones puedan ser directamente
relacionados con la satisfacción laboral, (Cladellas, 2008).
Según Resolución 2646 de
2008, todo empleador debe identificar como mínimo algunas categorías como la
gestión organizacional en donde se
incluye el estilo de mando, las modalidades de pago, el tipo de
contratación, la participación, el acceso a actividades de inducción y
capacitación, los servicios de bienestar social, evaluación de desempeño y las
estrategias de cambios. También las características del grupo social de trabajo
en cuanto a aspectos como el
clima organizacional, la cohesión de grupos y la calidad de las interacciones,
así como el trabajo en equipo. Las condiciones de la tarea, lo que incluye la carga mental, el contenido de la tarea, las
demandas emocionales, la especificación de los sistemas de control y la
definición de los roles de los trabajadores.
Igualmente hay que considerar la interfase persona-tarea,
evaluando el conocimiento y las habilidades que tiene el trabajador en relación
con la actividad que desempeña y la exigencia de la misma, los niveles de
autonomía en el desempeño de dichas actividades, y el reconocimiento e
identificación de la persona con la tarea que desarrolla. La
Jornada de trabajo, la cual comprende la
duración la y la existencia o ausencia de pausas activas durante la misma, la
rotación de los turnos, el número de trabajadores por tarea, la con que el
empleado debe laborar de horas extras al mes y la frecuencia de los descansos
semanales. La idea primordial es armonizar la jornada laboral para evitar el
agotamiento, psicológico en los empleados. Programas de capacitación y
formación Y finalmente el tipo de beneficios recibidos a través de programas de
bienestar de la organización como programas de subsidio de vivienda, educación,
recreación y deporte.
En cuanto a los factores psicosociales, el empleador
tiene el deber de tener información sobre la utilización del tiempo libre, el
tiempo de desplazamiento y medio de transporte utilizado, cargas familiares, características
de la vivienda del empleado y acceso a servicios de salud. (Resolución 2646 de
2008).
Los riesgos psicosociales deben ser evaluados cuando ocurren las
circunstancias que a continuación se enumeran, en primer lugar, que el riesgo
no haya podido ser eliminado y que afecten a la salud de los trabajadores, se
observa que los riesgos psicosociales cumplen ambas características. (UGT,
2008)
El proceso para
evaluar los riesgos psicosociales contempla una serie de actividades que deben
delimitar claramente los riesgos que se van a analizar, factores de riesgo y
los indicadores de riesgos para determinar la peligrosidad y establecer un plan
de intervención. El proceso de evaluación consta de las siguientes fases:
En primer
lugar, se ha de establecer la necesidad de evaluar, en este sentido, la empresa
podrá afrontar su primera evaluación, o complementar y confrontar anteriores.
En esta fase se deben determinar los antecedentes y justificación del proceso
por incidencias observadas, como por ejemplo, baja productividad, incapacidad
de empleados por causas psicosociales, etc. Posteriormente, la empresa debe
delimitar el diseño de evaluación, en este, se debe determinar todos los
aspectos del proceso, especialmente las variables o factores a medir, número de
empleados que se evaluaran (determinación de la muestra), instrumentos para
recoger datos y metodología de análisis de la información obtenida. (UGT, 2008)
Finalizada la
actividad anterior, la empresa debe proyectar un trabajo de campo, la cual
tendrá como objetivo principal la recolección de la información utilizando la
metodología definida en el diseño de evaluación. En esta fase se realizarán las
siguientes subactividades: delimitación de riesgos, identificación de los
empleados expuestos. Para un correcto desarrollo del trabajo de campo se hace
necesaria una participación y colaboración integral de todos los miembros de la
organización, si bien la planificación es una etapa relevante para el proceso
de evaluación de riesgos psicosociales, la ejecución se presenta como una
actividad en la que se determina el éxito o fracaso de todo el proceso.
Recogida la
información y validada la misma, se procede a realizar un análisis
estadísticos, bien se utilizando un programa de salud ocupacional o calculando
los resultados. El objetivo de esta fase es facilitar información que permita
decidir qué acciones de prevención, si corresponden, deben adoptarse.
Una vez
obtenidos los datos estadísticos se debe elaborar un informe de resultados con
el fin de clarificar los riesgos, prevalencia, grado de peligrosidad, etc.
Finalizada la actividad se procede a elaborar un programa de intervención, es
decir, se establece un plan de actuación orientado a la eliminación o
disminución de la prevalencia y grado de peligrosidad de los riesgos
psicosociales identificados. (UGT, 2008)
En cuanto a los
factores de riesgo psicosociales asociados a las características del trabajo,
advertir que son numerosos, siendo necesario enumerarlos en el presento
proyecto:
Cultura y
función de la organización: se encuentran la comunicación deficiente, definición deficiente de objetivos y bajo
nivel de apoyo para resolver problemas.
Participación:
comprende baja participación en la toma de decisiones y afectiva en el grupo.
(UGT, 2008)
Estatus laboral
y desarrollo laboral: en esta característica del trabajo se englobaría la
incertidumbre en la carrera profesional, estancamiento profesional, status
laboral deficiente, etc.
Papel en la
organización: ambigüedad y conflicto de rol, responsabilidad acerca de otros y
contacto con otros baja su responsabilidad.
Contenido del
trabajo: deficiencia en la definición del trabajo, incertidumbre laboral alta,
actividades monótonas, sobrecarga, etc.
Horario de
trabajo: los factores de riesgos vienen determinados por la inflexibilidad de
la jornada laboral, incompatibilidad con la vida familiar, etc.
Relaciones
interpersonales: se conformaría por factores de riesgos derivados del
aislamiento laboral, ausencia de apoyo social, etc.
Preparación en
el trabajo: la capacitación y retroalimentación son variables fundamentales
para el éxito y fracaso del empleado y su buena salud psicosocial.
Ambiente
de trabajo: conformarían ambientes deficientes por una luminosidad deficiente,
exceso de ruido, posturas inadecuadas,
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