Introducción a la contabilidad creativa


Definir el significado de la contabilidad creativa es al menos muy complicado. En primer lugar, por la actualidad, a pesar de esto no es nada nuevo en el libro de actividades y segundo, la complejidad de lograr un consenso sobre el significado de la palabra creativa en sus diversas acepciones.

Contabilidad creativa es la manipulación de los datos contenidos en las declaraciones tomando ventaja de las omisiones y ambigüedades legales financieros que figuran en la forma de interpretación de las leyes.

Según Monterrey "La contabilidad creativa es esencialmente un proceso de uso de las normas de contabilidad, que es que se turnen para la legislación para buscar una salida basada en la flexibilidad y las omisiones en los actuales dentro de ellos para que los estados financieros busca algo diferente a lo que fue establecido en dichas normas.[1]

De acuerdo con Guevara "es la ciencia que estudia y practica, los controles e interpreta los acontecimientos en el capital de las entidades por el registro, la manifestación, exposición y la revelación de estos hechos, a fin de proporcionar información sobre la composición del patrimonio, sus variaciones y el resultado económico derivado de la gestión de la riqueza"[2]

El problema que se plantea es que el sistema de información contable no es neutral respecto de sus usuarios, lo que implica que la información contable se puede manipular para favorecer determinados intereses en detrimento de otros. Esto, fundamentalmente, pasa por dos circunstancias:

Para que los directivos de las empresas se encarguen de elaborar esta información y el resultado que se obtiene les interesa. Para que las normas contables, que se concretan en los principios de contabilidad generalmente aceptados) y en las normas de registro y valoración, permiten un grado de flexibilidad importante a la hora de interpretarlas y aplicarlas. Esto hace que las empresas puedan utilizar esta flexibilidad en su interés y, así, perjudicar al resto de agentes económicos cuyos intereses confluyen en la empresa.

Por tanto, la contabilidad creativa constituye un recurso empleado por las empresas en estrategias contables que, a pesar de ser legales y permitidas por la legislación contable, hace que las cuentas anuales reflejen sus propios intereses. No hay que confundir esta actuación con la contabilidad fraudulenta, que traspasa sin escrúpulos la frontera de la legalidad a fin de cumplir objetivos ilícitos. [3]

En definitiva, la información que proporciona el sistema contable no es un resultado exacto al que se llega después de aplicar una serie de normas, sino que, contrariamente, son los responsables de este sistema de información los que eligen las alternativas que más favorecen los sus intereses.

De forma resumida, la información contable puede no ser neutral para tres motivos:
Porque está contaminada por errores involuntarios, ya sea por la interpretación de la normativa contable o por la cuantificación de los hechos económicos registrados.

Porque deliberadamente se han cometido errores de la misma naturaleza que los anteriores, se han omitido hechos contables que realmente han convertido o se han reflejado de manera dolosa hechos contables inexistentes.

Porque, dentro del grado de flexibilidad que permiten las normas contables, los responsables del sistema de información han seleccionado las alternativas que más se ajustan a sus intereses en detrimento de los intereses de terceros interesados.[4]



[1] Monterrey-Mayoral, Juan Entre la contabilidad creativa y el delito contable. En Revista Internacional Legis de Contabilidad y Auditoría, No. 12, pp. 117-138. (2002).
 
[2] Guevara, I. y Consenza, J. Los auditores independientes y la contabilidad creativa: Estudio empírico comparativo. Revista Compendium, Julio:5-24. (2004)
 
[3] Herreros V, Francisco.¿cómo confiar? Formas de creación de confianza social. Cd. México. Revista Mexicana de Sociología. 2004.
 
[4] Monterrey-Mayoral, Juan Entre la contabilidad creativa y el delito contable. En Revista Internacional Legis de Contabilidad y Auditoría, No. 12, pp. 117-138. (2002).
 

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