Se puede definir
el ahorro como la diferencia entre el ingreso y los gastos, es decir, la
cantidad de recursos que una familia es capaz de guardar y no gastar en un determinado
tiempo, normalmente en un mes o año.
La importancia
del ahorro es clave pues permite a las familias poder acceder a la compra de
vehículos, vivienda, educación, etc., sin necesidad del sobre endeudamiento y
el consiguiente colapso de la economía domestica. El ahorro ha sido ampliamente
estudiado por los economistas, tratando de identificar las variables que
provocan que las familias ahorren o no, y sobre todo, que impacto positivo o
negativo tiene el ahorro domestico en el plano de la economía nacional. Como se
puede observar el ahorro domestico se
centra en la microeconomía con un fuerte impacto en la microeconomía.
A continuación identificaremos las
causas que propician a las familias a ahorrar, estas son:
Aumento
de la precaución que el desempleo y la incertidumbre sobre el futuro generan. Los
individuos ahorran, en general, para acumular un patrimonio que les sirva de
colchón para mantener su nivel de vida en momentos imprevisibles (paro, enfermedad) o previsibles (vejez).
Para el grueso de
las familias, ahorrar es prevenir. Y cuando, como por ejemplo, la situación
actual y la futura se prevén complicadas, la respuesta es aumentar el ahorro.
Reducción
de la riqueza familiar: las colocaciones financieras es hoy más baja que hace
tres años. Como el motivo último del ahorro es la acumulación para la
precaución (también aquí se podrían incluir las herencias, como una prevención intergeneracional), cuando los precios de los activos aumentan, la riqueza se
incrementa de la misma manera como lo haría si las familias hubieran ahorrado,
por lo que la necesidad de ahorro disminuye.
Un claro
ejemplo es lo que pasó en España hasta el comienzo de la crisis, de modo que
las familias españolas, se sitien más ricas y con unas expectativas de
crecimiento de la renta al alza, redujeron intensamente el ahorro. Este pasó
del entorno del 15% de la renta disponible al comienzo de la expansión (en
1995) al 10% escaso de 2007.
Además, y en un contexto de bajos tipos de interés y aumento de precio de los sus activos, los hogares españoles comenzaron a incrementar su inversión en activos físicos, básicamente en inmuebles. De esta manera,de unos valores que, históricamente, se habían situado en el entorno del 6% -8%
de la renta familiar, se pasó al 15% mencionado.
Nivel
educacional: economistas afirmar que el ahorro se debe incentivar mediante la
educación financiera, en este sentido, las familias con niveles de educación
básicos no presentan una cultura de ahorro, despreocupándose por esta faceta
tan relevante para la economía domestica.
Sector
inmobiliario y financiero: estos sectores históricamente han repercutido en el
ahorro de las familias, debido a que si aumentan los precios de los bienes
inmuebles existirán un mayor ahorro, de igual forma si los interés suben el
ahorro será mayor, por las ganancias que conlleva ingresar los excedentes al mercado financiero.
Ciclo de
vida: Modigliani y
Brumberg (1954), afirman que los hogares y las familias ahorran en función de
su ciclo de vida, es decir, en etapas primeras el ahorro es negativo, para
posteriormente pasar a un ciclo de ahorro positivo caracterizado por la etapa
productiva, finalmente el ahorro es negativo que se enmarca en la época de
jubilación del hogar o persona. Guttman P. (2007),
Bancarización:
Se hace evidente que los países
desarrollados cuentan con sistemas y estructuras financieras ampliamente
consolidadas, que permiten a los individuos de forma generalizada acceder a los
créditos, estos países se valen de la herramienta financiera para impulsar la
economía, creación de empleo, y en general la confianza del consumidor.
No ocurre lo mismo en los Estados
emergentes, que presentan sistemas financieros restrictivos que conceden
créditos a las estratificaciones sociales más altas, mirando con desconfianza
la gran mayoría de los individuos del país, esto es, los pobres. En tal
sentido, esta política privada financiera, conlleva una lastre para el adecuado
crecimiento de la economía a nivel macro y familiar, otra problemática
presentada, es la cobertura, en este sentido, los bancos solo ofrecen cobertura
a los nichos del mercado que a priori les interesa, presentándose una carencia
de la misma en las zonas pobres, lo que a su vez dificultad el crecimiento de
la zonas mencionadas.
De este modo, la
diferencia entre el ahorro y la inversión física son recursos que quedan disponibles,
y que los hogares dejan a disposición del resto de la economía, habitualmente a través del sistema financiero, que es donde se deposita esta diferencia. Y así las familias aumentan su patrimonio financiero (Depósitos,
fondos de inversión, acciones, obligaciones...). Históricamente, las familias de los países más
avanzados, con la excepción de las de Estados Unidos y Gran Bretaña en la última expansión, prestan recursos al resto de la economía
Colombia no ha
sido un estado históricamente ahorrativo por su propia estructura económica y
social, en primer lugar, se debe considerar el nivel de pobreza de muchas
familias (estratos 1, 2 y 3) de este modo, por el escaso nivel de ingresos, es
complicado que estos hogares puedan ahorrar. Es decir, la renta per capita de
nuestro país provoca que seamos un país con escaso ahorro. Según estudios
realizados por el Banco de la República, tan solo el 17% de los colombianos
tiene capacidad de ahorro, no teniendo bancarización el 47% de la población.
(Banco de la República).
No es misterio el papel determinante que
juega el sistema financiero en el desarrollo económico, más aun cuando se trata
de economías emergentes en desarrollo como la colombiana, en donde el acceso a
los servicios financieros ha sido comparativamente, más restringido a un número
importante de agentes económicos.
Navajas
et al (1998), describe de manera
clara el panorama financiero de los hogares pobres. En general, los ingresos de
estos hogares son bajos e irregulares derivados de actividades con esta misma
naturaleza (por ejemplo, pueden ser pequeños agricultores con ingresos
estacionales o jornaleros sin garantía de empleo). El patrimonio de estos
hogares está más expuesto a choques que van desde eventos regulares del ciclo
de vida como la muerte o el matrimonio hasta eventos inciertos como accidentes
o enfermedades de alto costo o desastres naturales, los cuales afectan de
manera significativa sus medios de subsistencia.
Adicional a estos factores, la insuficiencia
en la oferta de garantías reales y las asimetrías de información conlleva a que
la banca tradicional tienda a racionar el crédito a estos individuos. desarrollaron un modelo de racionamiento del crédito en
el que la tasa de interés juega un papel importante en el mercado, ya que
afecta el riesgo del grupo de prestatarios, a través de los efectos de riesgo
moral y situación adversa, por la primera, se entiende según Argandoña
A. (1986), una situación en la que
un individuo podría cambiar su comportamiento del que habría tenido si hubiera
estado expuesto completamente a las consecuencias de sus acciones, es decir,
dejar de pagar sus obligaciones crediticias.
De esta forma, la
economía colombiana debe mejorar su estado de bancarización y renta per capital
para mejorar los niveles de ahorro de los colombianos
Es verdad que, a más
ahorro, menos consumo y, en el corto plazo, menos crecimiento. Pero no lo es
menos que deben recuperarse niveles de deuda sostenibles en el medio y largo plazo. Y esto implica más ahorro. En especial, porque una parte no pequeña de éste se obtuvo del exterior. Y ahora los mercados nos presionan para su devolución.
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