VENEZUELA Y EL PETROLEO: ¿PUNTO DE INESTABILIDAD GEOPOLITICA DE AMERICA LATINA?


En el campo geopolítico relacionado con América Latina y Venezuela, se pueden extraer las palabras de Santos “…en el campo del derecho en las sociedades contemporáneas y el sistema  mundo en su totalidad es un terreno mucho más complejo y rico de lo que se ha sumido por la teoría  política liberal” (Santos   2009 ;51).

En este sentido, la realidad de América Latina es muy compleja por las existencia de países con diferentes desarrollos económicos, tradiciones políticas y la necesidad de explotar sus recursos naturales para disminuir sus economías deficitarias.

Diferentes autores hablan de un modelo geopolítico basado en una nueva colonización de América Latina, en este sentido, para Santos existe dos pluralismos jurídicos. El primero el clásico, en el cual se integran las sociedades coloniales, y la segunda el pluralismo jurídico, de la cual afirma Santos  “…este tipo de pluralismo promueve un cambio  de perspectiva: la relación entre  el sistema jurídico oficial  y los otros órdenes que se articulan  con él  deja de ser  vista como algo apartado o diferente y es abordada como una relación más compleja e interactiva” (Santos P 53).  De este modo, la problemáticas de estos países como la minería, se extrapolan al ámbito nacional e internacional.

La nueva coyuntura geopolítica en relación al petroleo, y como consecuencia de los intereses internacionales, provoca que los países estimen más el aspecto económico que el regional.

Debido a la mayor facilidad de uso y de transporte de los combustibles líquidos respecto a los sólidos el petróleo se impuso al carbón en muchas aplicaciones (barcos, centrales termoeléctricas, calderas y hornos) y permitió la aviación e implantar la era del automóvil, desterrando los vehículos eléctricos ya vapor de la vía pública.

La utilización del petróleo para el transporte ha supuesto una carrera por el control y la explotación de sus pozos, con una serie de cambios de fronteras y de gobiernos a menudo consecuencia de acciones bélicas, asesinas y de corrupción. Muy a menudo los beneficios producidos por el petróleo han repartido entre unas pocas familias locales y unas pocas empresas foráneas, contribuyendo a la diferenciación social.

La extracción, transporte y utilización del petróleo y de sus derivados ha comportado importantes impactos ambientales debido a incendios, explosiones y derrames derivados de escatimar medidas preventivas o de seguridad y también a actos militares, de sabotaje o de robo. también ha producido impactos negativos sobre la salud, el entorno (lluvia ácida) y el clima (emisiones de Gases de Efecto Invernadero).

Para el caso de Venezuela, como consecuencia del ciclo de mercado expansionista, el Estado ha delegado la parte Social de Derecho, entrando en un circulo de prevalencia del comercio frente a la sostenibilidad ambiental, fomento al desarrollo humano de la región.

“En este sentido, la articulación entre la crisis ambiental y la socio-económica ha comenzado a ser considerada por diversos autores y organismos como un elemento estructural que obliga a enfrentar ambas crisis de manera conjunta. Este enfoque conduce a que el necesario rediseño de algunas de las políticas ambientales deba hacerse sin perder de vista los problemas sociales y económicos que en alto grado inciden sobre degradación ambiental” (riourbano, 2011)

Sin embargo, los países de América Latina han olvidado la necesidad de implementar políticas de bienestar social a partir de los recursos económicos, que se generan con las explotación de las zonas mineras, en este sentido,  “no olvidemos el contexto histórico, en un mundo altamente globalizado donde las economías capitalistas compiten entre sí con mayor ferocidad que nunca y donde los trabajadores de todas partes están sometidos a la existencia del "ejército industrial de reserva mundial". (Viva, 2012)

De este modo, la coyuntura generada a través de las nuevas relaciones geopolíticas está causando fuertes antagonismos sociales y  un impacto negativo del medio ambiente. Por consiguiente estas nuevas relaciones internacionales están generando un crecimiento económico y no social.

El mayor riesgo radica en el hecho de que las fuentes primarias se encuentran concentradas
en un pequeño número de estados políticamente muy inestables. A las zonas de riesgo se encuentran entre el 80% y el 90% de las reservas mundiales de gas y de petróleo. Esto complica los equilibrios de poder en el acceso los recursos energéticos. Para los países exportadores, la geopolítica de la energía determina la distribución de la riqueza. En los países importadores, en cambio, lo que más nos preocupa es la continuidad del suministro. La geopolítica de la energía, pues, no sólo es política energética, sino también política exterior, ya veces estrategia militar.


Venezuela y el cambio climático

Se ha tardado mucho en relacionar directamente el consumo de combustibles fósiles con el cambio climático. Empresas del ramo-con la inestimable ayuda de asalariados titulados en ciencias y de muchos gobiernos-han invertido grandes esfuerzos y recursos para esconder esta relación, como otros lo habían hecho con el tabaco o el amianto y la salud, a menudo amparándose en que no toda la comunidad científica está de acuerdo. Algunas tabacaleras han sido multadas por ello, pero hasta ahora no ha multado ninguna petrolera.

En los Compromisos de la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro de 1992 se logró introducir la energía en la consideración y tratamiento del cambio climático. La UE, atendiendo a la creencia de muchos economistas que lo que no tiene asignado un valor monetario no se valora (y por tanto no se conserva o protege), ha puesto precio a los productos causantes del cambio climático: los gases efecto invernadero.

Ha elegido hacerlo limitando el derecho de emitir, creando un mercado por parte de estos derechos en caso de que no se lleguen a consumir o que se hayan sobrepasado y pudiendo compensar las emisiones con emisiones evitadas con unos mecanismos reglados.

Hemos logrado en pocas décadas convertir los combustibles fósiles y el oxígeno libre de la atmósfera (además CO2 menos oxígeno) en productos limitados. Ya no podemos consumir tanto como queremos, ya sea porque simplemente no es suficiente o porque su consumo (con producción de CO2) daña nuestras vidas. Los actores que primero han participado en este juego de consumo (que llamaremos sociedades modernas) no han dejado suficientemente productos de energía asequible (económicamente o técnica) a los que todavía no participan en el juego (que llamaremos sociedades pre-modernas).

Para unos, esta situación es "Ley de vida", para otros, motivo de solidaridad. Si aceptamos que las sociedades modernas lo han hecho sin darse cuenta de que no dejaban suficiente energía por los recién llegados pre-modernos, debemos aceptar pagar un precio por el error a través de mecanismos de solidaridad.

En este punto las energías no renovables no podrán suministrar a todo aquel que lo desee, los precios subirán y sólo los más ricos y los protegidos por estados benefactores podrán disfrutar de los combustibles fósiles. Estos "recursos" habrán dejado de ser considerados como ilimitados.


Se evidencia que las zonas con explotaciones petroleras tienen graves problemas internos, con zonas influenciadas por masacres, desplazamientos y grupos guerrilleros y paramilitares. Esta situación se justifica por ser zonas con ricas en recursos naturales, siendo objetivos para los grupos armados, por la presión que pueden ejercer en Colombia.

Como advierte Lopera “Para esta visión de la economía el rol que los recursos naturales juegan en un país como el nuestro es ser fuentes de ingresos por la vía de la exportación de los mismos. Ello nos sitúa en una lógica absolutamente extractiva para la cual el medio ambiente, las comunidades locales, los títulos de tierras de las minorías, los resguardos indígenas y los parques nacionales no son otra cosa que un obstáculo para la inversión” (Alisos, 2011)

Otra problemática que se presenta son los escasos programas que se han implementado de sostenibilidad, olvidando los gobiernos la reinversión en las zonas locales, generando como se ha comentado anteriormente tensiones geopolíticas, como consecuencia de la extrema pobreza de la población de las zonas explotadas y conflictos internos.

De este modo, el desarrollo sostenible debe ser una prioridad en el desarrollo minero del país y del resto de los países de América Latina, estableciéndose las zonas donde se puede extraer minerales, medidas que se deben adoptar para no mantener el medio ambiente, etc. (Fortich, 2006)

En este sentido, es indispensable en América Latina una organización del sector minero, donde existan organismos independientes que observen el respeto a la normativa vigente. De igual forma, debe haber un mayor control de las licencias para explotación.

De este modo, es necesario implementar una normatividad que regule el impacto medioambiental, requisitos financieros y humanos, y que encamine las políticas estatales hacia el crecimiento regional y no la obtención de recursos que suponga la generación de polos de pobreza, y por tanto, conflictos geopolíticos locales, regionales y supranacionales.

En este sentido, y para el caso de Venezuela, el gobierno de Chavez se ha comprometido a mejorar la supervisión del sector minero y su impacto sobre el medio ambiente y el desarrollo humano, creando programas como las Unidades Ambientales Especiales. Estas unidades tienen el objetivo de realizar estudios y proponer medidas para mitigar el impacto al medioambiente. Además de fomentar el desarrollo humano.


CONCLUSIONES
  • La explotación del sector petrolero se encaja dentro de una tensión entre las políticas sociales y el Estado positivista, creando una contraposición entre neo capitalismo y estado social.
  • Para el caso de Venezuela no existe una normativa adecuada, concentrándose la problemática en la aplicación de la normativa, y la inexistencia de un organismo con funciones de supervisión y vigilancia de las nuevas concesiones mineras, y la explotación de las ya existente.
  • El pluralismo jurídico debe dirigirse hacia el respeto de la identidad colecta, integrándose los intereses locales, regionales, nacionales e internacionales.
  • Los países de América Latina deben integrar  de forma conjunta, los intereses regionales, basados en el respeto de la identidad cultural, desarrollo humano y mejora de la calidad de vida de los ciudadanos.
  • Se debe crear jurídicamente un ente supranacional que vigile y recomiende a los Estados de América Latina  la explotación minera y la generación de conflictos a nivel nacional e internacional. Este mecanismo podría ser la solución a los conflictos que actualmente experimenta la zona.


BIBLIOGRAFIA

Fortich Navarro, Mónica Patricia . (2006)Geopolítica, globalización  y derecho. Discurso para una visión integradora  de la sociedad posmoderna.  Cartagena Colombia (Texto digital)

De Sousa Santos, Boaventura. Sociología Jurídica critica. Para un nuevo sentido  común  en el Derecho.( 2009) ILlSA.INSTITUTO LATINOAMERICANO DE SERVICIOS LEGALES ALTERANTIVOS. Bogotá. Colombia.

Baena, César.(2005), “The politics of oil in Venezuela: A decision-making analysis of PDVSA’s internationalisation policy”, PhD thesis. The London School of Economics. Londres.STEIN, Ernesto et al. (Coord.) (2006), La política de las políticas públicas, Washington: Banco Interamericano de Desarrollo, David Rockefeller Center for Latin American Studies y Harvard University.

 
SERBIN, Andrés; PÁL V E S, ISA-CONTRERAS y PEÑA, Lázaro (coord.) (2007), .Anuario de la integración regional de América Latina y el gran Caribe., [Artículo en internet], No 6, Buenos Áires: Coordinadora regional de Investigaciones económicas y sociales (Cries)

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